Bolboreta

Finales de septiembre y, sobre todo, el mes de octubre son los dos momentos del año en los que la legionella cobra un mayor protagonismo. Sin embargo, las intensas temperaturas que se viven en los últimos años en primavera y verano provocan que el control de legionella tenga que realizarse ya con bastante antelación a estos meses álgidos.

La temperatura óptima para el crecimiento de la legionella es de 35 grados centígrados. No obstante, a partir de los 25 grados ya comienzan a reunirse las condiciones idóneas para su hábitat. Si estas temperaturas se alargan en el tiempo, la legionella tendrá una durabilidad y peligrosidad mayor en cualquier escenario.

¿Qué es la legionella y dónde se puede encontrar?

La legionella es una bacteria que puede causar una enfermedad pulmonar grave llamada legionelosis. Esta bacteria se encuentra, por lo general, en ambientes cálidos naturales, especialmente lagos y ríos. No obstante, también puede crecer en sistemas artificiales de agua, ya sean torres de refrigeración, sistemas de agua caliente y fría, jacuzzis y fuentes públicas.

Qué es la legionella y dónde se puede encontrar

La legionella se transmite a través de la inhalación de pequeñas gotas de agua contaminada. Las personas pueden infectarse al inhalar aire contaminado en aquellos lugares en los que se halla la bacteria. Los síntomas de la legionelosis son fiebre, tos, dificultad para respirar y dolores musculares.

Criterios de prevención de la legionella

El control de legionella y su prevención requiere mantener siempre una óptima higiene en los sistemas de agua. Hay que prestar especial atención a los sistemas de agua caliente sanitaria y las torres de refrigeración. Por tanto, es fundamental llevar a cabo una limpieza y desinfección regular de estos sistemas.

Al mismo tiempo, es muy importante controlar la temperatura del agua. No en vano, la legionella se desarrolla mejor en aguas templadas. A este respecto, se recomienda mantener la temperatura del agua siempre por encima de los 50 grados centígrados.

Asimismo, es necesario controlar la calidad del agua. La presencia de ciertos minerales y materia orgánica puede favorecer el crecimiento de la bacteria. En este sentido, el control de legionella incluye tareas de análisis microbiológicos periódicos para detectar su presencia.

¿Qué sistemas para el control de la legionella se utilizan?

Uno de los métodos más habituales es el tratamiento químico del agua mediante la adición de biocidas. Entre ellos, hay que destacar el cloro, un elemento que elimina las bacterias presentes. También se emplea la desinfección térmica. En este caso, lo que se hace es calentar el agua a altas temperaturas para eliminar la legionella.

Bolboreta Plaga, especialistas en el control de legionella

Otro de los sistemas empleados es el control del crecimiento bacteriano mediante la eliminación de nutrientes esenciales. Esto se consigue a través de la limpieza y desinfección regular de los sistemas de agua para eliminar los depósitos de sedimentos y las fuentes de alimentación de la legionella.

Bolboreta Plaga, especialistas en el control de legionella

Si tienes problemas con esta bacteria en tu casa, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Nuestra empresa es especialista en el control de legionella durante todo el año. Un servicio regulado por el Real Decreto 865 / 2003 para garantizar a nuestros clientes las máximas garantías de desinfección y seguridad.

Llevamos a cabo diversos tratamientos para el control y la prevención de la legionella. Nos encargamos de mejorar la calidad del agua. Todos nuestros profesionales poseen la más alta cualificación y la titulación necesaria para la óptima realización de estos trabajos.

Ponte en contacto con Bolboreta Plagas y eliminaremos el problema de la legionella allí donde se encuentre. Nuestros métodos de prevención son los más efectivos y seguros que podrás encontrar.

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